La instalación de biobaños y biodigestores con tecnología para el tratamiento de aguas negras y excretas, utilizando bacterias y filtros de carbón activado para su reuso, generando gas y biofertilizantes que serán aprovechados en agricultura y ganadería, fue explicada al gobernador regional Manuel Llempén Coronel, que se interesó en su implementación.
En reunión virtual con el vice embajador de Israel, Jakin Mandelblum y representantes de la empresa Trent, que interviene en soluciones innovadoras en países de Sudamérica, después de escuchar las exposiciones, dijo que desea se instale una unidad piloto en una provincia lo antes posible y que pretende colocarlos en las escuelas y para familias del ande,
El fertilizante resultado del tratamiento del excremento y orina es líquido de alta calidad. Es esencialmente la descarga del tanque biodigestor como resultado de un largo proceso de digestión. El líquido final está repleto de bacterias benéficas, macro y micronutrientes.
Los biodigestores también pueden tratar y aprovechar residuos de cosechas, de la crianza animal, suero lácteo, materia orgánica familiar, entre otros, el uso del producto resultante puede acelerar el crecimiento de las plantas y la resistencia a las enfermedades, puede reemplazar a la urea para cultivar alimentos y proporcionar biogas, la mejora de pastos, hidroponía forrajera, silvopastoril, reforestación e hidroponía familiar.
Además de evitar la contaminación del suelo, agua y aire y que los desechos vayan a los ríos, su reuso ayudará a reducir las emisiones de metano y amonio, gases de efecto invernadero que afectan al mundo contaminándolo; y La Libertad se beneficiará con bonos de carbono.
“Hay que aprovechar los excrementos humanos y el estiércol animal, materia prima que desechamos”, dijo el representante de Trent, precisando que el retorno de la inversión es muy rápido y que el uso de los biodigestores ayudará al desarrollo de la agricultura y ganadería.
Los biodigestores tienen un proceso de separación por fases. Hay una experiencia de 15 años en la empresa israelí a cargo y están hechos tras un análisis anatómico, microbiológica y químico para producir metano (gas) y fertilizantes
Poniendo un invernadero, el biodigestor tiene un uso garantizado de 20 años. Los más pequeños tienen un costo de 3,500 dólares y su instalación incluye: mantenimiento, depuración de bacterias, cambio de carbones y servicio de activación durante dos años, instalando un flujómetro para los bonos de carbono.
En la instalación de los biodigestores se puede involucrar a una universidad para su mejor aprovechamiento futuro.
RIEGO TECNIFICADO
Llempén pidió también que en marzo se haga en La Libertad una exposición de productos relacionados a riego tecnificado y una pasantía en Israel para conocer más sobre el tema.
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