El congresista de Renovación Popular, José Cueto, aseguró que el proyecto de ley que propone el retorno a la bicameralidad es una propuesta sensata para tener mejores leyes y reformas. Además, cuestionó que un sector político se ampare en el referéndum del 2018, que eliminó la reelección parlamentaria.
El Congreso votó
a favor del proyecto de ley que plantea el retorno a la bicameralidad, decisión
que aún deberá ser refrendada en una segunda votación en la próxima
legislatura. Tras la aprobación, un sector político se opone fervientemente a
la iniciativa, sin embargo, el congresista de Renovación Popular, José Cueto,
explicó que esta medida trae una serie de beneficios para los peruanos, entre
ellos, la mejor calidad representativa para la población de más de 33 millones
de personas.
Cueto también
aseguró que esto no tiene por qué significar un incremento en el gasto público
destinado al Parlamento y remarcó que la reelección de congresistas también
mejoraría la gestión dentro del Poder Legislativo, pues se contaría con
personas experimentadas en la labor política. Sobre este último punto, el
parlamentario remarcó que solo el ciudadano tiene el poder de reelegir a un
candidato y que, en lugar de que sectores de izquierda se opongan a la
propuesta, se debería reforzar la idea de responsabilidad que cada persona
tiene al emitir su voto. Además, cuestionó que un sector político se ampare en
el referéndum del 2018, que eliminó la reelección parlamentaria.
¿De qué manera
nos beneficia a los peruanos este proyecto legislativo de retorno a la
bicameralidad?
Primero, la
calidad legislativa va a mejorar, por lo tanto, las leyes generarán una mayor
respuesta positiva en todos los ámbitos del Estado y va a beneficiar a todos.
Se tendrá la capacidad de que se hagan leyes articuladas desde la cámara de
diputados y después revisada por el Senado. Con ello, se genera contrapesos
internos. Lo segundo es que vamos a tener una mayor proporción de
representantes por la enorme población que tenemos. Entonces, ayuda en el tema
de representación.
Un argumento de
los grupos políticos, generalmente de izquierda, que se oponen a esta reforma
recuerda el referéndum de 2018. ¿Es una respuesta válida para estar en contra
de este modelo legislativo?
Llama mucho la
atención que los hermanos de izquierda saquen la bandera de una de las tantas
pésimas acciones que hizo Martín Vizcarra cuando estuvo encargado de la
Presidencia. Ese referéndum (del 2018), para mí, fue dirigido. Eso arroja un
resultado de un proceso muchos años atrás que no necesariamente refleja lo que
hoy queremos cambiar. Vizcarra tiene la desfachatez de salir y decir que la
decisión se tomó “entre gallos y medias noches o después del partido de
Bolivia”, cuando él, en ese famoso referéndum, se pasó meses usando recursos
del Estado. Si los de izquierda confían en el referéndum del 2018 es porque, en
el fondo, buscan la Asamblea Constituyente.
Otro argumento en
contra de la bicameralidad es, presuntamente, el alto costo que implica para
los peruanos contar con 180 legisladores. ¿Realmente una cámara de Senadores y
otra de Diputados representa un mayor gasto para los contribuyentes?
Un tema
importante para que la población sepa es que esto no genera más gastos. Si se
aprueba en la próxima legislatura va a generar una reorganización en el futuro
Parlamento, que hoy tiene un exceso de personal por todas las diferentes áreas
del Congreso. Está normado que no pase del presupuesto que ya tiene el
Congreso. Es el 0.5% del PBI, un monto pequeño comparativamente con el PBI. Al
contrario, se va a poder aprovechar para reformar o hacer una reingeniería del
congreso.
¿Cómo podemos
combatir esta narrativa que se impone a un sistema bicameral más reflexivo y
que divide por filtros la aprobación de leyes y reformas?
Haciendo una
contrapropuesta. La gran mayoría considera que la bicameralidad es positiva.
¿Cómo combatimos estos discursos? Dando esa batalla ideológica y contraponiendo
ideas con ideas. No se trata de aumentar el número, de aumentar gastos; no se
trata de ser peor, sino mejorar la calidad representativa. En paralelo viene la
reelección que es buena. Acá nadie se reelige, aquí es la población la que
elige o reelige. Si la ciudadanía no vota por ellos, simplemente no serán
elegidos. La reelección no es de uno, solo la población puede hacerlo. Lo que
tenemos que hacer es aprender a votar.
GABRIELA LLONTOP
Periodista y
redactora
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