Cuando Jorge Lajo-Yañez era niño e iba jugar fútbol con sus amigos en los cerros de Talara, Piura, siempre le llamó la atención el color gris acero de la tierra que pisaban. No era marrón como de otras lozas improvisadas en la zona. Esta característica le despertó el interés por el mundo de la geología. Ahora, como profesional de dicho campo de estudio, conoce que el terreno era el terraplén de un pozo de petróleo abandonado de un reservorio, el cual forma parte de la zona a la que se ha dedicado a estudiar en los últimos años
El ahora ingeniero geólogo se ha convertido en uno de los que más conoce estas tierras piuranas, cuyas características ha examinado, y ha construido un modelo geológico para identificar su composición, las cuales ha plasmado en su tesis del doctorado. “La geología es la combinación de la ciencia y el arte. Cuando apliqué mis conocimientos, sentía que hacía a los cerros hablar en mis viajes al campo”, comenta Jorge sobre la carrera que eligió, la que estudia el subsuelo para conocer su origen, formación y evolución, así como los materiales que la componen y su estructura.
Por su excelencia académica, Jorge ganó en el 2018 la Beca Generación del Bicentenario del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, que le permitió estudiar un doctorado en Estudios de Cuencas y Geociencias del Petróleo (Phd Basin Studies & Petroleum Geoscience) en la Universidad de Manchester, en Reino Unido.
Antes de iniciar sus estudios de posgrado, Jorge ya sabía que quería investigar las tierras piuranas en las que creció; por ello, se centró en conocer la cuenca petrolífera de Talara., de la que hace unos meses sustentó con éxito y alcanzó el segundo más alto nivel. “Estas tierras han llegado a producir alrededor de 1.7 billones de barriles de petróleo, y todavía contiene recursos que pueden seguir produciendo por más décadas. Sin embargo, se requieren nuevos modelos geológicos para conocer datos más exactos y así entender mejor cada uno de los reservorios, que son formaciones geológicas a diferentes profundidades en el subsuelo. Esto permitirá aplicar nuevos avances y lograr mayor eficiencia”, sostiene Jorge.
El becario, con su tesis denominada “La dinámica de la zona de subducción y la evolución tectónica del antearco: la Cuenca de Talara, Noroeste del Perú”, construyó el modelo estratigráfico sedimentológico y secuencial en la Formación Pariñas que fue el primero de este tipo y que logró una mejor representación de la evolución del subsuelo al estar más cercana a la realidad. Asimismo, su estudio permitió conocer la variación lateral y geometría de este reservorio para explicar su existencia y ausencia en determinadas zonas que han producido o no hidrocarburos, respectivamente. De esta forma se ha logrado conocer con exactitud dónde se encuentran, lo que aumentará la probabilidad de encontrar más petróleo y gas de forma más eficiente.
El ingeniero señala que un efecto relacionado indirectamente al estudio es que al conocer qué reservorios ya no contienen hidrocarburos, se puede capturar el dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo en el subsuelo, como podría ser en la Formación Pariñas. “Esta metodología es analizada y seguida por algunos países con el objetivo de reducir la contaminación ambiental. El almacenar este compuesto en el subsuelo no causará efectos negativos”, menciona.
El artículo de su tesis, que explica paso a paso el modelo creado, fue publicado en Sedimentary Geology, revista científica a nivel internacional que difunde temas de sedimentología pura y aplicada. Es reconocida por tener una revisión de alta calidad. Esta información es de libre acceso y está disponible en: https://www.sciencedirect.com/
Arte y ciencia, legado de su padre
La geología siempre estuvo presente en la vida de Jorge, quien de pequeño veía a su padre, Juan Anibal Lajo Soto, llegar con los pantalones y casco sucios luego de ir de visita de campo, y se familiarizaba con los acesorios e infinidad de libros de geología que había en su hogar. Incluso, cuenta que sus primeros dibujos los plasmaba en hojas de líneas continuas que más tarde comprendió eran representaciones de registros eléctricos de pozos, parte del trabajo diario de su padre.
A Jorge le encantaba ese contacto con la naturaleza que tenía su padre, por lo que quería seguir su legado. Sin embargo, también le apasionaba dibujar. Ya de joven y viviendo en su tierra natal de Arequipa, se esforzó e ingresó a Ingeniería Geológica de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa y también a la Escuela de Bellas Artes; no obstante, ante el cruce de horarios debía decidir solo por una carrera. “En la geología puedes aplicar tu arte”, le decía su padre, y ahora Jorge confirma esa idea al considerar que los gráficos que realiza es un arte que representa los datos geológicos.
Luego de acabar la universidad estudió la maestría de Petróleo y Gas de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Tras ello, y persiguiendo su sueño de llegar al máximo nivel académico, en el 2014 ingresó a una feria de universidades del extranjero organizada por el Pronabec. Ahí se enteró sobre la Beca Generación del Bicentenario, se preparó para cumplir con los requisitos del concurso y en el 2018 postuló. Cuando ganó la beca, su padre fue uno de los primeros en enterarse.
Jorge hace un llamado a los jóvenes para que busquen su desarrollo académico y profesional. “Hay una gran demanda tecnológica. El Perú necesita más mentes en la ciencia y tecnología para el bienestar de la sociedad y dejar su nombre en alto en este campo. Aprovechen la oportunidad que otorga el Estado peruano con el Pronabec y logren sus metas”, resalta. Jorge se proyecta regresar al país para aplicar sus conocimientos como catedrático en universidades, como investigador, y, por qué no, retomar el arte.
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