La DefensorĆa del Pueblo, a travĆ©s de la AdjuntĆa para los Derechos de la Mujer, realizĆ³ el webinar ‘Las labores de cuidado durante la pandemia: experiencias y labor institucional’, que contĆ³ con la participaciĆ³n de MarĆa PĆa Molero, de la DirecciĆ³n General de TransversalizaciĆ³n del Enfoque de GĆ©nero del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; Leddy Mozombite, secretaria general de la FederaciĆ³n de Trabajadoras del Hogar y Trabajadores del Hogar PerĆŗ (FENTTRAHOP); Carlos Amaranto, tecnĆ³logo mĆ©dico y catedrĆ”tico, integrante del Comando Covid19 Lima Centro; y el antropĆ³logo RaĆŗl Rosales LeĆ³n, especialista en temas de gĆ©nero.
La moderaciĆ³n estuvo a cargo de Eliana Revollar, Adjunta para los Derechos de la Mujer de la DefensorĆa del Pueblo, quien destacĆ³ la necesidad de repensar sobre el trabajo no remunerado en el hogar y ver cĆ³mo son consideradas estas actividades por la sociedad. “El objetivo que nos hemos planteado es visibilizar la importancia de las labores de cuidado por la pandemia, destacando algo que es gravitante y necesario en nuestro paĆs: contar con una polĆtica nacional de cuidado. El INEI seƱala que semanalmente 545 millones de horas son dedicadas a las labores domĆ©sticas, y mĆ”s del 71%, recae en las mujeres”, seƱalĆ³ Eliana Revollar.
Sobre los nuevos escenarios que enfrentan los profesionales peruanos en cuanto a la nueva normalidad se encuentra la relaciĆ³n entre el trabajo remoto y las actividades domĆ©sticas, donde el antropĆ³logo RaĆŗl Rosales LeĆ³n resaltĆ³ lo siguiente: “Es un momento importante para plantear algunas reflexiones para pensar en las formas de reducciĆ³n de las brechas de gĆ©nero”. Al respecto, el experto en temas de gĆ©nero mencionĆ³ una experiencia social que realizĆ³ en los tiempos de la cuarentana, a travĆ©s de las redes sociales, publicando fotos de sus labores domĆ©sticas cotidianas como barrer, cocinar, lavar los platos o atender a su menor hijo. Lo cual generĆ³ diversas reacciones entre los cibernautas. “Pude detectar que el trabajo realizado por los hombres es muy aceptado por las mujeres, ven con ‘buenos ojos’ que los hombres se involucren con los deberes de la casa. En cambio, los hombres no tanto, incluso se burlan con etiquetas como ‘saco largo’, ‘pisado’ y ‘cosito’, lo cual evidencia una fuerte resistencia al cambio de roles en la vida domĆ©stica. Si se piensa contar con una polĆtica nacional de cuidado, es necesario impulsar una polĆtica de fomento de nuevas masculinidades para que los hombres tambiĆ©n se involucren en las tareas de cuidado”, explicĆ³ el antropĆ³logo RaĆŗl Rosales LeĆ³n.
SegĆŗn el especialista, con la nueva normalidad se ha reactivado el trabajo remunerado bajo la modalidad del trabajo remoto. En junio pasado, SERVIR aprobĆ³ una Directiva de Trabajo Remoto que es una medida para prevenir el contagio del Covid 19; pero dicha norma no toma en cuenta el trabajo de cuidado en la vida domĆ©stica, el lugar donde se labora de manera presencial.
“Si bien hay un discurso de adaptaciĆ³n al cambio en el trabajo remoto, este proceso sin enfoque de gĆ©nero fortalece la desigualdad en la organizaciĆ³n social del cuidado afectando mayormente a las mujeres”, comentĆ³ Rosales LeĆ³n, quien propone un mapeo de las necesidades diferenciadas que existen entre el hombre y la mujer en el hogar, para ver de quĆ© manera se puede establecer medidas que favorezcan la corresponsabilidad en el cuidado y crianza de sus hijos e hijas.
“Son situaciones nuevas producto de la pandemia, como el trabajo remoto, pero que se convierte en una oportunidad para incorporar el enfoque de gĆ©nero permitiendo mejores condiciones para el equilibrio entre la vida laboral y familiar”, dijo el antropĆ³logo RaĆŗl Rosales LeĆ³n.
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