Diana Zavala Camacho dice que una puerta se abrió sin que ella la tocara. Cuando tenía 13 años, una fiebre no le permitió inscribirse al taller de teatro que tanto anhelaba en el colegio Santa Rosa, de Trujillo, ciudad donde nació, y no tuvo opción que hacerlo al de guitarra. Aquel “infortunio” la aproximó por primera vez a su gran pasión: la música. Tiempo después, descubrió su talento en el canto al acompañar a una amiga a un coro. “En realidad yo no sabía que la música existía como una carrera”, cuenta.
Lo mismo ocurrió en el 2017. Ya como licenciada en Música del Conservatorio Regional de Música del Norte Público Carlos Valderrama, con experiencia como solista y corista en distintos recitales de la lírica en el Perú -como cuando la seleccionaron, en 2012, en el Elenco de Pasión por el Talento-, fue en búsqueda de su próxima meta: conseguir un crédito educativo. Había decidido estudiar fuera del Perú una maestría que uniera su amor por la música con la psicología y la medicina.Se sorprendió cuando le dijeron que en realidad tenía el perfil para postular a una beca: egresada en los primeros puestos de su carrera, profesora de una universidad nacional e investigadora sobre salud pública. “¿Puedo estudiar la Maestría en Musicoterapia con una beca?”, se preguntó. Dos años después, regresó al Perú luego de graduarse con honores en la Universidad de Barcelona en el Máster de Musicoterapia, tras ganar en 2017 la Beca Presidente de la República del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec).
“Desde que era estudiante, siempre he creído que la música posee poderes más allá del entretenimiento. Investigué cómo la técnica de impostación puede contribuir a disminuir malestares foniátricos y trastornos de la voz. Fue mi primera aproximación a la gran mezcla entre arte y medicina. En ese camino y bajo esa motivación, emprendí un viaje en busca del sueño de convertirme en musicoterapeuta”, narra ella con emoción.
Y lo logró. Diana es musicoterapeuta. Ha realizado prácticas en el Hospital Centre Forum del Consorci Parc Mar de Salut de Barcelona, en España. En el Área de Neurorrehabilitación del nosocomio desarrolló una investigación sobre musicoterapia en rehabilitación de pacientes con post-ictus (derrame cerebral). Se dio con la sorpresa de que personas que antes no podían mover el cuerpo, ahora empezaban a hacerlo con una pulsera musical.
“No estuve sola. Me ayudaron tutores y colaboradores”, comenta Diana. Sabe que en temas del bienestar de las personas todo suma. Su tesis de maestría fue aprobada con la máxima puntuación, tanto en el trabajo escrito como en la exposición. Y fue elegida para ser presentada en la SixthConference of the International Association for Music and Medicine 2020 en Berklee, Boston, Estados Unidos. Además, su trabajo fue publicado por esta asociación en la 1st Online Conference of the International Association for Music & Medicine IAMM en mayo de este año.
Estudia lo que te apasione en la vida
En agosto de este año, se publicó la lista de los 150 ganadores de la Beca Presidente de la República. El 79 % de los ganadores estudió en universidad pública, como Diana. “La Beca Presidente me parece de las mejores iniciativas que se han lanzado en el país. Hay muchas personas que quieren ser profesionales y pueden dejar un legado para mejorar la calidad de vida de los peruanos. Me parece maravilloso que una entidad respalde esto”, señala.
Diana recuerda con humor cuando su familia la auguraba que no lograría nada con la música. Ella no estaba de acuerdo. Su decisión siempre fue firme y fiel a su vocación. Ahora, en 2020, acaba de crear su emprendimiento “Limbic Musicoterapia”, con el fin de difundir la musicoterapia en el país. “No escojas una carrera pensando en el dinero. Estudia algo que te apasiona. Yo no he visto a una persona apasionada morir de hambre”, asegura. Ella ha demostrado que es así.
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