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Estrés, aburrimiento e
irritabilidad son algunas de las señales que presentan los menores en casa.
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Se recomienda a los padres
planear actividades con sus hijos, realizar actividad física, reducir el uso de
tecnología y supervisar sus deberes escolares.
El
confinamiento que las familias se han visto obligadas a cumplir, ante la emergencia
sanitaria por el Covid-19, viene generando algunos efectos en la conducta de los
niños y adolescentes. Por ello, los padres de familia deben estar atentos a
estos posibles cambios y de esa forma intervenir oportunamente.
En el caso de los niños
y niñas.
La dificultad para realizar actividades al aire libre puede generar un estrés
en los menores, situación que afecta su estado emocional, dando lugar a depresión
y ansiedad.
La preocupación de los padres por la situación actual también
llega a tener un impacto en los más pequeños, generando miedo al contagio o
perder a un familiar; cólera y tristeza por no ir a la escuela o ver a sus
amigos además de la dificultad para concentrarse en sus clases.
Señales de alerta como frustración,
irritabilidad (cambios de humor), disminución de la comunicación, aburrimiento,
insomnio, pérdida de apetito, conductas regresivas como orinarse, comerse las
uñas y llanto fácil; son los cambios que se pueden notar en los niños en este
periodo de aislamiento, a lo cual los padres deben estar muy alertas.
En el
caso de los adolescentes.
Son
los más susceptibles a los efectos negativos del distanciamiento. Hay una
disminución en la liberación de energía ante la falta de rutinas de movimiento
físico, tan necesario para su salud física y emocional.
La
interacción social en esta etapa de sus vidas es un aspecto vital de su
desarrollo emocional, lo cual ahora viene siendo reemplazado por un uso
excesivo de las redes sociales y tecnología. Si las relaciones
intrafamiliares están desgastadas producto de la convivencia, puede ser una
causa de desórdenes emocionales en la familia.
En
este marco, los padres de familia deben estar atentos a que los adolescentes
pasen mucho tiempo a solas en su habitación, haya una fácil irritabilidad y
disminución de la interacción familiar.
Alteración
en los hábitos de higiene, sueño, vigilia y alimenticios también suelen
presentarse. Además, pueden presentarse miedos excesivos frente a la pandemia
traducidos en temores irracionales o paranoia excesiva al respecto.
Ana
Patricia Campos y Gabriela Navarro, psicólogas del Colegio Fleming, además de
revelar estos posibles trastornos, brindan algunas recomendaciones que los
padres de familia deben seguir.
Con
respecto a los niños, Navarro señala que para motivar a los pequeños es necesario
generar actividades que involucren a los miembros de la familia, dedicar un
espacio de tiempo para los juegos y acompañarlos mientras realizan sus tareas.
Distribuir
y organizar actividades, fomentar juegos físicos para descargar energía como
bailar y mantener una alimentación saludable y mantener un patrón de sueño
regular.
Además,
se recomienda controlar el uso de la tecnología y usar como recurso el humor
para calmar el enojo o estrés del niño e intentar métodos más innovadores como
el yoga.
En
tanto, Campos recomienda a los padres de adolescentes mantener un contacto
físico y emocional con ellos, así como propiciar momentos sin tecnología que
involucre a toda la familia.
Por
último, se aconseja compartir temas de interés, ayudarlos a organizar sus
actividades escolares, prestar apoyo durante sus clases virtuales y limitar la exposición
a los medios informativos que pueden disparar niveles de ansiedad.
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